Deforestación por monocultivo de palma africana en el departamento de Petén
- Sustentabilidad Arquitectura
- 20 oct 2021
- 13 Min. de lectura
Actualizado: 22 nov 2021
Durante las últimas décadas alrededor del mundo, principalmente en las zonas tropicales del hemisferio sur, los países asiáticos y ahora de América Central han comenzado a experimentar un crecimiento significativo en monocultivos de palma aceitera o palma africana, generando problemas sociales y ambientales debido a la deforestación de grandes áreas de bosque y el descontento de los pobladores locales.
La problemática se intensifica debido a que año con año se evidencia la pérdida de áreas boscosas principalmente en la zona de la franja transversal del norte en Guatemala y el departamento de Petén en las comunidades aledañas. Dándole paso a grandes extensiones de este monocultivo que aparte de deforestar, también generan contaminación en ríos que se une al gasto de recurso hídrico del lugar.
La historia del cultivo de palma africana inició en sureste asiático en los países de Indonesia y Malasia a principios del siglo XX, en Guatemala existe áreas dedicadas a la agronomía y la ganadería, que en principio están siendo subutilizados por diferentes empresas, los mapas de cobertura forestal demuestran que desde el inicio de esta actividad se ha invadido áreas naturales de bosque virgen tanto al sur del departamento de Petén como al norte, específicamente en la reserva de biosfera maya. Tanto para Guatemala como para los países de Indonesia y Malasia la explotación de este cultivo les representa un crecimiento económico significativo para cada uno, Indonesia y Malasia gracias a la exportación de sus
productos extraídos de la planta y por dedicar grandes extensiones de terreno al cultivo de esta se encuentran en la actualidad entre estos dos países generan el 90% del aceite de palma a nivel mundial según datos de OEC del 2017.
El cultivo de palma africana ha representado un negocio rentable para el sector empresarial de estos países, sacrificando grandes extensiones de bosque natural virgen, cambiando drásticamente la vocación del suelo y dañando ecosistemas completos devastados.
En Guatemala se observa el mismo fenómeno repetirse en el departamento de Petén, es por ello que las comunidades se han enfrentado y manifestado en contra de estas empresas aceiteras como Industrias Chiquibul que adquiere territorios y luego explota sin cumplir los requisitos y licencias ambientales correspondientes a la actividad, referenciando también por lo ocurrido en la selva de Amazonas donde se ha visto afectado por la deforestación a causa del cultivo de esta palma, aunque en Brasil ya existen políticas para el manejo sostenible del cultivo.
En Guatemala la actividad agrícola industrializada de monocultivo de palma de aceite es relativamente corta ya que se registran desde 2010 y 2011, se ha podido observar los efectos negativos en el ecosistema, aunque las empresas declaran que más del 60% del área cultivada corresponde a superficie que ya había sido intervenida por la agricultura y ganadería, también se observa que el 40% de la intervención era área natural que ha sido invadida.
Deforestación a gran escala, Causas y principales agentes
Los efectos del cultivo de la palma africana en las áreas forestales según el perfil ambiental de Guatemala 2010-2012, elaborado por el Instituto de Agricultura Recursos Naturales y Ambiente (IARNA) de la Universidad Rafael Landívar, alertaba que el 42 por ciento de toda la deforestación del país estaba relacionada con la expansión de tierras para la ganadería y los monocultivos, entre los que resaltaba la palma africana.
El perfil establece que para 2012 en Petén se había sustituido una extensión de 22,533 hectáreas (equivalentes a un aproximado de la mitad del departamento de Sacatepéquez) de bosque por palma para aceite. Además, 22,967 hectáreas del cultivo total de palma se ubicaban en áreas protegidas, aunque un 90 por ciento de éstas se encuentra en zonas de amortiguamiento del sur de Petén. Las zonas de amortiguamiento son circundantes a las áreas protegidas, en las que se busca un balance entre la preservación ambiental y la sostenibilidad de las comunidades existentes en esos territorios.
Un estudio del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) apunta a efectos más graves en el ambiente. Además de los efectos sociales a los que hace mención el estudio, refiere que las áreas utilizadas para la palma de aceite no pueden ser utilizadas para otros cultivos y que el desgaste de nutrientes en el suelo es tal que tras 25 años de uso para esta actividad, la planta deja de producir. El área evaluada en la investigación del ICTA-UAB fue el valle de Polochic, en Alta Verapaz.
El más reciente anuario estadístico (2016-2017) de la Gremial de palmicultores de Guatemala (Grepalma) establece que al momento de su elaboración había 1,752 hectáreas de palma (1.6 por ciento de la producción total del país) en cultivos con 25 o más años de antigüedad.
Los datos de Grepalma establecen que Guatemala se constituyó en 2016 en el tercer productor de palma para aceite a nivel mundial, con un estimado de 165,510.53 hectáreas de cultivo para una actividad que representa el 1.2 del Producto Interno Bruto (PIB) de Guatemala y que genera 28,000 empleos.
La producción de palma también se vio involucrada en 2015 en un desastre ecológico en Sayaxché Petén, donde entre 40 y 70 toneladas de peces murieron repentinamente en un tramo de 150 kilómetros del río La Pasión. Por este hecho fue denunciada la empresa Reforestadora de Palmas de Petén (REPSA), pues el hecho se atribuye al desbordamiento de una de sus lagunas de oxidación destinadas al procesamiento de los desechos de palma


En las gráficas previas se puede apreciar la Hectáreas totales desde el año 1991 y como año con año se ha ido desvaneciendo en pérdidas que van intrínsecamente relacionadas a la siembra de la palma trayendo consigo muchas problemáticas, desde la degradación de suelos, pérdida de recursos hídricos, como lo más importante la disminución de estas hectáreas conlleva el exterminio algunos habitas, de flora y fauna con el movimiento de los mismos junto a la pérdida gradual de ecosistemas.
Entidades Reguladores, son también el Problema
La tala de árboles, la contaminación masiva de ríos y el desgaste de los suelos son algunos de los efectos que se atribuyen a la siembra de palma para aceite o palma africana. Por ello, su industria, al igual que la de otros monocultivos, se consideraba de alto impacto en las regulaciones ambientales del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) o al menos, cuando estos abarcaban grandes extensiones de terreno. Sin embargo, ya no es así.
El 14 de octubre de 2019, por medio del acuerdo ministerial 204-2019, entró en vigencia un nuevo Listado Taxativo de Proyectos, Obras y Actividades Industriales. El acuerdo establece una clasificación en la que se asigna una categoría a determinada actividad según su impacto en el medio ambiente.
Por medio de las categorías A, B1, B2, y C, se determina el impacto ambiental de cada actividad, donde A es el de mayor impacto, por lo que los proyectos con esta clasificación están sujetos a más requisitos, y C es el mínimo.
La regulación anterior, vigente desde 2016, establecía que todos los monocultivos que tuvieran más de 500 hectáreas se consideraban actividad A o de alto impacto. De 35 a 500 hectáreas se consideraba B1, de moderado a alto impacto. Y los cultivos por debajo de las 35 hectáreas se consideraban B2, de moderado a bajo impacto.
En el nuevo reglamento todas las extensiones previamente mencionadas han bajado una categoría. Las extensiones de tierra que superen las 500 hectáreas, sin establecer un límite, se consideran tipo B1. De 45 a 500 hectáreas son B2 y menos de 45 hectáreas entran en una nueva categoría: de bajo impacto ambiental, pero con Plan de Gestión Ambiental (PGA). Es decir que las plantaciones que estaban entre 36 y 44 hectáreas bajaron dos categorías.
RECSA
El desarrollo de un proyecto o actividad industrial debe ser aprobado por el MARN. Para ello, la Cartera de Ambiente cuenta con el Reglamento de Evaluación, Control y Seguimiento Ambiental (RECSA), que se complementa con el documento recién publicado.
Es decir que mientras el Listado Taxativo indica qué categoría le corresponde a cada actividad, el RECSA define cuáles son los requisitos para cada una de estas categorías.
El acuerdo, publicado el 16 de agosto en el Diario de Centroamérica y vigente desde mediados de octubre establece un nuevo sistema de ordenamiento de las actividades. Con la creación de la nueva categoría de bajo impacto ambiental con Plan de Gestión Ambiental, se elaboraron también nuevos formularios para cada categoría con los requisitos por cada una, los cuales pueden ser descargados de la página del MARN.
Un sector que mostraba incertidumbre ante los cambios en las políticas del MARN es el de los consultores ambientales. Uno de sus temores era que la reducción de requisitos para muchas industrias hiciera menos necesaria su labor dentro de los procesos de aprobación de proyectos. El otro, tener que adaptarse a una nueva serie de requisitos en un proceso que ya identifican como complicado.
Ante esta situación, la Asociación de Consultores Ambientales de Guatemala (Asocogua) y el MARN han avanzado en acercamientos que incluyeron una capacitación a los consultores sobre el nuevo listado.
Las disposiciones del MARN establecen que se implementarán nuevos formularios para cada una de las categorías. Cada uno de estos formularios determina todos los requisitos, de forma y fondo, para que los proyectos sean aprobados.
“Las últimas modificaciones al RECSA tuvieron lugar en 2018 Sin embargo, de momento este instrumento continúa vigente” Según Ronnie González, promotor ambiental del MARN durante la capacitación a consultores ambientales sobre el nuevo listado taxativo.
Análisis de Concesiones, su influencia para con la Reserva de Biosfera Maya (RBM) relacionado a la deforestación
Después de un proceso de varios años a cargo del CONAP, se acordó que se permitiría a algunas comunidades solicitar concesiones. Los contratos de 25 años con derechos exclusivos sobre los recursos en concesión se otorgarían luego de haber cumplido varios pasos relacionados a la planificación forestal (Gretzinger 1998).
Adicionalmente, CONAP instituyó el requisito de que a los tres años de haber sido otorgada la concesión, todas las operaciones dentro de ellas debían alcanzar y mantener la certificación de FSC.
La primera concesión se otorgó en 1994. A lo largo de los siguientes ocho años se aprobaron 11 concesiones comunitarias más, así como dos concesiones industriales manejadas por compañías del sector privado. La mayoría fueron concedidas a finales de la década de los 90 y a principios del 2000.
El Siguiente recuadro resume las tendencias de deforestación en la RBM durante el período 2000 al 2013. En general, la deforestación en la RBM durante el período analizado fue de 1.2%. Esta tasa es menor que la tasa nacional para Guatemala durante 2000-2010, que fue de 1.4% (FAO, 2011).

Se reconoce que la mayor fuerza que provoca deforestación en la RBM es la ganadería. Otra amenaza que va en crecimiento es el establecimiento de plantaciones de palma aceitera, particularmente por el desplazamiento de personas rurales de bajos recursos hacia áreas dentro de la reserva y la ocupación de tierras que servirían para la ganadería. Como ya es cada vez más común en áreas fronterizas en Centro América, muchas operaciones que resultan en cambio de uso de la tierra dentro y alrededor de la RBM están relacionadas al crimen organizado (McSweeney et al. 2014).
La mayor parte de la deforestación que se observó durante el período analizado ocurrió en la Zona de Amortiguamiento. Dado que la conversión de bosque en la Zona de Amortiguamiento no está oficialmente prohibida –y no está bajo control- las tendencias no se consideraron en el recuadro previo.


Las áreas protegidas de la Zona Núcleo en conjunto experimentaron una tasa de deforestación del 1.0%. Hay considerable diferenciación en la deforestación dentro de las 12 unidades de manejo que constituyen la Zona Núcleo. La mayor parte de la deforestación se ha concentrado en los parques situados en la parte oeste, específicamente en los parques nacionales Laguna del Tigre y Sierra del Lacandón. Mientras que en los parques que son muy remotos y en donde no hay poblaciones residentes, las tasas de deforestación han sido cercanas a cero. Al mismo tiempo, varios parques situados en las líneas frontales de los frentes de deforestación también tienen bajas tasas de deforestación.
En general, la zona administrativa de la RBM que ha experimentado la menor deforestación es la ZUM. Así como la Zona Núcleo, la ZUM es muy heterogénea. En algunos lugares de la ZUM- como en algunas áreas que nunca han sido concesionadas o áreas que se han dado recientemente en concesión a inmigrantes- las tasas de deforestación han sido relativamente altas. En otras áreas- como en concesiones sin poblaciones residentes o aquellas en donde las comunidades han estado en la RBM por más de 50 años- las tasas de deforestación son mínimas. Sucede lo mismo en el caso de las dos concesiones industriales de la ZUM, ambas sin poblaciones residentes, en donde la deforestación ha sido cercana a cero.
Los recuadros anteriores denotan que las tasas de deforestación en la RBM se dispararon en el período 2008-2009, una tendencia que se expresa mediante un pico en casi todas las zonas de manejo en el 2010, ya que se analizó únicamente datos del 2007 y 2010. Durante este período se talaron vastas áreas de bosque para ganadería, sobre todo en las áreas protegidas de la Zona Núcleo en el oeste y en concesiones canceladas a lo largo de la ruta Carmelita dentro de la ZUM. Después del 2010, se observó una caída dramática en las tasas de deforestación, sobre todo en las concesiones canceladas. Esto se debió en gran parte a las medidas de protección adoptadas por el Estado con apoyo de agencias externas.
Así como las variaciones en las tasas de deforestación de algunas áreas constituyen una importante historia, el hecho de que las tasas de deforestación en otras partes de la RBM permanezcan en cero o cerca de cero- algunas de las cuales están bajo considerables presiones- es notable.
La comparación entre áreas bajo manejo forestal en la ZUM y áreas que no están certificadas revela tendencias similares a las que presenta en los recuadros para toda la ZUM. Las áreas que han retenido la certificación FSC y las áreas sin poblaciones residentes han tenido las tasas de deforestación más bajas en la reserva.
Se analiza a manera de conclusión los objetivos los cuales Guatemala en las diferentes conferencias y resoluciones mundiales han participado y aceptado contribuir como lo ODS, objetivos de desarrollo sostenible, también conocidos como Objetivos Mundiales, se adoptaron por todos los Estados miembros en 2015 como un llamado universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030, esto según su el programa de las naciones unidas, PNUD.
Influencias del alcance dentro de los objetivos de desarrollo sustentable para con la Deforestación, Petén Guatemala. (Objetivos Ambientales Aplicables)
Objetivo 7
Meta 7. A: Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales y reducir la pérdida de recursos del medio ambiente
Indicadores
7.1 Proporción de la superficie de tierras cubierta por bosques,
En esta investigación de palma africana en su cultivo y alcances de extensiones de tierra unido a cambios de uso de suelo se dio a conocer la pérdida anual de hectáreas de cobertura boscosa por lo cual Guatemala en el área del Peten no cumple del todo este indicador de objetivo 7.
7.2 Emisiones de dióxido de carbono (totales, per cápita y por cada dólar del producto interno bruto (PPA)) y consumo de sustancias que agotan la capa de ozono.
La contaminación del aire también se pudo dar a conocer excediendo según los límites normales y llegando a dañinos según datos del ICA
Meta 7.B:
-Haber reducido y haber ralentizado considerablemente la pérdida de diversidad biológica en 2010,
*Tampoco cumple ya que año con año la diversidad bilógica disminuye, debido a la deforestación y movimiento de habitas por esta misma razón estos según datos presentados durante la investigación
Objetivo 11.
-Reducir el impacto ambiental negativo per cápita de las ciudades (calidad del aire y la gestión de los desechos) Proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros,
Según datos de IQAIR en su Página web utilizando el método ICA, “calidad de aire”,
La calidad del aire en Guatemala como en el área del peten alcanza niveles dañinos, por lo cual no cumple el objetivo.
-Para 2020, aumentar el número de ciudades y asentamientos humanos que adoptan y ponen en marcha políticas y planes integrados para promover la inclusión, el uso eficiente de los recursos, la mitigación del cambio climático y la adaptación a él y la resiliencia ante los desastres, y desarrollar y poner en práctica,
En el área del peten y las famosas concesiones están a punto de vencer crearan conflictos ambientales futuros si no se renuevan ya que muchas de estas áreas de concesiones comunitarias tienen valores bajísimos de deforestación y certificaciones internacionales del buen manejo de estas áreas.
Objetivo 12
-Para 2030, lograr la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales.
De igual manera la renovación de concesiones comunitarias es la solución y camino de cara a cumplir esta meta.
Objetivo 13
Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales.
La políticas, consultorías y procesos en Guatemala existen el problema es que no se cumplen o se pasan por alto por corrupción entre empresas y entidades estatales a cargo.
• Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional en relación con la mitigación y adaptación al cambio climático.
No existe en la red curricular actual materias con este objetivo en el país por lo cual es un área muy débil que el gobierno debe cambiar
• Poner en práctica el compromiso contraído por los países en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
• Promover mecanismos para aumentar la capacidad de planificación y gestión eficaces en relación con el cambio climático,
Nuevas leyes son propuestas en Guatemala, lastimosamente siguen interés de empresas o entidades como por ejemplo el cambio de categorías aceptada en 2018 en el área del peten para con los procesos ambientales crean un gran agujero en el compromiso del país y gobierno de preservar el medio natural.
Objetivo 14
Metas marinas y oceánicas, no aplicables al problemática de la Deforestación.
Objetivo 15
-Para 2020, velar por la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y de agua dulce.
En muchos lagos y ríos del peten la contaminación del agua es evidente tal y como se indicó, pero se resalta de nuevo el promedio de oxígeno en el agua es de 7 miligramos por litro, en la medición hecha hoy las muestras revelaron 0,4 miligramos por litro, lo que significa que son aguas anóxicas, es decir, el oxígeno está agotado
-Para 2030, velar por la conservación de los ecosistemas montañosos, incluida su diversidad biológica.
-Adoptar medidas urgentes para reducir la degradación de los hábitats
-Adoptar medidas para frenar la caza furtiva y el tráfico de especies protegidas. Como bien se sabe el área del peten en la reserva se cuenta con la mayor área por km2 de jaguares en el mundo, sin embargo la caza el tráfico ilegal de animales hacen que este objetivo tampoco se esté cumpliendo.
Referencias.
“Tendencias en la deforestación de la Reserva de Biósfera Maya”, Guatemala MBR-Deforestation_150213-ES-2.pdf (rainforest-alliance.org)
Instituto de Agricultura Recursos Naturales y Ambiente (IARNA) de la Universidad Rafael Landívar
“Estudio del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental”, Guatemala, Petén, Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB)
Asociación de Consultores Ambientales de Guatemala (Asocogua)
Anuario estadístico (2016-2017) de la Gremial de palmicultores de Guatemala (Grepalma)
Tendencias en la deforestación de la Reserva de Biósfera Maya, Guatemala”, Rainforest Alliance, Febrero 2015
ROSSMAN, G. M. And Krueger A. B., (1995), “Economic growth and the environment”, Quarterly Journal of Economics, No. 110, pp. 353 – 78.KUZNETS, Simon, (1955), “Economic Growth and Income Inequality”, American Economic Review, No. 45, pp. 1-28/
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“Alarma por mala calidad del aire en Petén, un factor de riesgo para la población ante el covid-19”, César Pérez Marroquín, 23 Abril 2020
“Muerte de peces en laguna Macanché se debe a la falta de oxígeno” (agn.gt), Página Web visitada 21/05/2021/
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